Algunas veces
cuando esta lluvia de abril se derrama
la bruma le acorrala
presiente como si fuera el fin de sus días calcados
las manos buscan el retazo de poema
la pequeña estrella en el cielo de los labios
donde quedó el beso titilando
cuando el tiempo era promesa y futuro...
Sueño frágil
tan frágil que no lo pudo sujetar
solo verlo morir
para que las tinieblas
desde entonces le habitaran.
Algunas veces
cuando la lluvia de abril sobre el cuerpo llora
presiente que hay un momento donde escapar
para descansar de la insistente llamarada
de los reflejos que le acosan
de las miradas que enrostran la falta
para alcanzar la calma que su mente precisa...
Idea esquiva
tan esquiva que no la pudo sujetar
y se dejó sentenciar
por los jueces sin rostro.
Algunas veces
su cuerpo ovilla el temblor
doblando las rodillas
ante la maravilla de la atmósfera creciente
se sabe penitente
entre heridas y cicatrices humanas
son los años de su pasión que lagrimean
en esos luceros de mirar infinito.
PUELCHE ©
cuando esta lluvia de abril se derrama
la bruma le acorrala
presiente como si fuera el fin de sus días calcados
las manos buscan el retazo de poema
la pequeña estrella en el cielo de los labios
donde quedó el beso titilando
cuando el tiempo era promesa y futuro...
Sueño frágil
tan frágil que no lo pudo sujetar
solo verlo morir
para que las tinieblas
desde entonces le habitaran.
Algunas veces
cuando la lluvia de abril sobre el cuerpo llora
presiente que hay un momento donde escapar
para descansar de la insistente llamarada
de los reflejos que le acosan
de las miradas que enrostran la falta
para alcanzar la calma que su mente precisa...
Idea esquiva
tan esquiva que no la pudo sujetar
y se dejó sentenciar
por los jueces sin rostro.
Algunas veces
su cuerpo ovilla el temblor
doblando las rodillas
ante la maravilla de la atmósfera creciente
se sabe penitente
entre heridas y cicatrices humanas
son los años de su pasión que lagrimean
en esos luceros de mirar infinito.
PUELCHE ©